domingo, 11 de mayo de 2014

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Las autoridades mexicanas están enfocándose en capturar a los cabecillas del cartel Jalisco Nueva Generación, organización criminal que ha aumentado sus operaciones, sobre todo en Michoacán. (Héctor Guerrero/AFP)
Las autoridades mexicanas están enfocándose en capturar a los cabecillas del cartel Jalisco Nueva Generación, organización criminal que ha aumentado sus operaciones, sobre todo en Michoacán. (Héctor Guerrero/AFP)

CIUDAD DE MÉXICO – El Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG) está llamando la atención de las autoridades mexicanas y de analistas en temas de seguridad debido a su rápida expansión por varios estados y a su participación detrás de algunos grupos de autodefensas en Michoacán, según Jesús Murillo Karam, procurador general de México.
El perfil del cartel creció cuando el Gobierno anunció en enero que existen evidencias de que el CJNG estaría detrás de algunos grupos de autodefensa en Michoacán para ayudarlos a eliminar a Los Caballeros Templarios, quienes operan en la región.
“[Tenemos] dos detenidos que fueron agarrados cuando se ostentaron como autodefensas entre un grupo más amplio y que confesaron haber recibido las armas [del CJNG]”, comentó Murillo Karam a la prensa en la ocasión.
Las autodefensas surgieron en febrero de 2013 como respuesta a las extorsiones y secuestros de Los Caballeros Templarios, según Raúl Benítez Manaut, investigador del Centro de Investigaciones sobre América del Norte (CISAN) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
El más reciente enfrentamiento entre el CJNG y los Templarios ocurrió el 30 de abril en Jiquilpan, al norte de Michoacán, en los límites con Jalisco, dejando un saldo de tres muertos.
Origen y guerra contra Los Zetas
El CJNG nació tras el abatimiento el 30 de julio de 2010 de Ignacio “Nacho” Coronel, uno de los principales líderes del Cartel de Sinaloa, según José Reveles, analista en temas de seguridad y autor del libro "El Cartel Incómodo".
Coronel era el nexo con Los Valencia, organización originalmente de Michoacán pero que fue expulsada en 2000 por Los Zetas. En Jalisco, donde fueron recibidos por Coronel, comenzaron a operar como un brazo armado del Cartel de Sinaloa. Los Valencia posteriormente pasaron a ser el núcleo del CJNG.
Para el 6 de octubre de 2011, el CJNG ya estaba constituido. En esa fecha cometieron uno de los crímenes más violentos en Boca del Río, Veracruz, cuando se encontró una camioneta con 36 presuntos integrantes de Los Zetas asesinados.
A fines de 2011, Los Zetas incursionaron en Jalisco como respuesta al ataque de Veracruz, considerado en ese momento territorio de Los Zetas, según el informe del Gobierno estatal "Jalisco, más allá de la Guerra contra las Drogas”, publicado en 2012
Es así como en noviembre de 2011 Los Zetas abandonaron en calles de Guadalajara una camioneta con los cadáveres de 23 presuntos integrantes del CJNG.
La guerra estaba declarada.
“A partir de 2011, [el cartel alcanzó] una estructura muy consolidada de dominio y se encuentra en el ranking de los grupos que tienen capacidad financiera, dominios de territorios y capacidad combativa”, dijo María Idalia Gómez, analista en temas de seguridad y autora del libro sobre narcotráfico “Con la muerte en el bolsillo”.
El costo del enfrentamiento se puede ver en las cifras de fallecidos. En 2009 Jalisco registró 679 homicidios, mientras que para 2012 la cifra subió a 1.560, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía.
Actualmente, según Gómez, el CJNG tiene presencia en los estados de Jalisco, Michoacán, Colima, Guerrero, Estado de México. Nayarit y San Luis Potosí. Sus contactos internacionales están en Colombia, Perú, Bolivia, Centroamérica y Estados Unidos y trafican con marihuana, heroína, cocaína y drogas sintéticas.
Con ello, el CJNG se suma a la lista de grupos criminales con mayor perfil en México, junto al cartel del Pacífico, la organización de los Beltrán Leyva, el cartel del Golfo, Los Zetas y la organización de los Carillo Fuentes, según Gómez.
Uno de los principales terrenos de operaciones para el CJNG es Michoacán, donde intentan recuperar el territorio a Los Caballeros Templarios.
Michoacán es un estado estratégico para el crimen organizado debido a que el clima es favorable para el cultivo de la marihuana, por la minería ilegal, el puerto de Lázaro Cárdenas y por su conformación geográfica.
“Lázaro Cárdenas [es uno de los] puertos más importantes del Pacífico en todo el continente y por ahí llegan los productos químicos de Oriente [que se usan] para la fabricación de drogas sintéticas”, dijo Gómez.
Sin embargo, las autoridades se están enfocando en capturar a los cabecillas del CJNG, según José Reveles.
Miguel Ángel Pérez Quintero, de 34 años y uno de los principales operadores del CJNG en Puerto Vallarta, fue detenido el 25 de abril por la Policía Federal, desarticulando una organización que buscaba producir seis toneladas de drogas sintéticas avaluadas en US$120 millones.
Asimismo, el 30 de enero se detuvo a Rubén Oseguera Gónzález, “El Menchito”, de 23 años, en un operativo realizado por la Secretaría de Marina (SEMAR) y la Sedena en Zapopan, Jalisco.
“Se tienen indicios de que Rubén Oseguera era el encargado de coordinar la compra, venta y trasiego de droga proveniente de Sudamérica, controlaba los recursos económicos del grupo delictivo, así como el robo y venta de combustible en el estado”, aseguró Monte Alejandro Rubido, secretario ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública. “Otra de sus actividades era la de ordenar la ejecución de personas que se negaban a colaborar y mantener un cerco de seguridad en los estados de Colima y Jalisco para evitar el ingreso de células antagónicas”.
Oseguera González era el segundo al mando dentro del CJNG, sólo por debajo de su padre, Nemesio Oseguera Ramos, “El Mencho”, máximo líder de la organización.
“Estos golpes pueden ser importantes siempre y cuando la autoridad obtenga de los detenidos información acerca de cómo se lleva a cabo la operación de adquisición y procesamiento de químicos para la producción de drogas sintéticas, del lavado de dinero y si se desarticulan las redes de complicidades de funcionarios que hacen posible la operación de este grupo”, concluyó Gómez.
 

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